Cuando la cabeza no manda,
porque el corazón se enamora,
mis manos se convierten en dos
gaviotas,
que sobrevuelan el mar de tu cuerpo y
van surcando tus olas.
Cuando mis ojos te miran,
y mis labios se aproximan al
embarcadero de tu boca,
anclo en tus labios mis labios,
y se convierten en minutos mis horas.
Cuando tus latidos se sienten,
como el golpear de las olas,
mi cuerpo se funde con el tuyo,
como el mar se funde en la roca.
Porque tus brazos son el puerto,
donde fondear mi corazón,donde atracar
mi alma,
protegido de vientos y tormentas,
porque todo en ti es calma.
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